En los primeros tiempos de la Edad Antigua,
cuando la lucha cotidiana por la subsistencia arrastraba consigo el intercambio
de bienes y servicios a través de la ley del más fuerte, y que todavía no
habían surgido los primeros albores de los medios de civilización del
intercambio comercial, no existía la imperiosa necesidad de hoy en día de
llevar anotaciones contables como medios de garantizar el control de las
operaciones resultantes de dichos intercambios.
A este nivel de fortalecimiento de las
estructuras sociales, le correspondió una etapa también superada como medio de
intercambio, la cual no podía ser otra que el comercio por vía moderada y más
tarde civilizada.
En virtud de que para aquellos primeros tiempos
de la historia de la humanidad, el hombre no disponía del valioso recurso que
constituye la escritura, y era necesario conservar algún tipo de anotaciones o
registro de las transacciones comerciales, nuestros comerciantes y personas de
negocios del ayer se vieron precisados a grabar muestras en rocas o árboles, o
señales en las paredes de barro de sus casas.
De acuerdo a los informes de que se dispone en la
actualidad, estos escritos eran en forma pictórica, plasmados en tablillas de
barro y su fabricación se les atribuye a los sumerios, los cuales fueron
predecesores de los babilonios. Según los datos arqueológicos, las técnicas
utilizadas por los sumerios para llevar a cabo dichos registros, consistía en
tomar tablillas de barro húmedas y con el extremo afilado de un juneo o carrizo
hacían las marcar correspondientes.
Según los estudios realizados al efecto, los
registros comerciales más antiguos de que se tenga conocimiento se produjeron
en Babilonia alrededor de los 2,600 años a.C. y se ha establecido que los
mercaderes de ese país ordenaban a sus escribanos a que prepararan los
registros de recibos, gastos, contratos de trueques, ventas, préstamos de
dinero y otras operaciones de índole comercial, utilizando las técnicas antes
referidas.
Además de los medios antes señalados usados en la
Edad Antigua para conservar las anotaciones, tenemos que también se utilizaron
los llamados cuadernos y códigos, los cuales eran fabricados utilizando de dos
a diez tablillas de madera cubiertas de cera y unidas con tiras de cuero.
Según los investigadores e historiadores, el tipo
de material antes descrito fue utilizado principalmente por los Romanos y los
Griegos, pero en vista de las dificultades que presentaban dichas tablillas en
su manejo, los romanos se vieron precisados a inventar el llamado Códice, el
cual se hizo en hojas de pergamino y produjo una notable superación a los
inconvenientes antes mencionados.

Para especificar más detalladamente se hizo
referencia a las civilizaciones conmemorativas de esos tiempos.
EGIPTO:
El instrumento material utilizado habitualmente
por los egipcios para realizar la escritura era el papiro. Las anotaciones de
tipo contable, por su carácter repetitivo, llegaron a conformar un tipo de
escritura hierática que ha resultado muy difícil de descifrar para los
estudios.
Los escribas especializados en llevar las cuentas
de los templos, del Estado y de los grandes señores, llegaron a constituir un
cuerpo técnico numeroso y bien considerado socialmente.
ESCRITURA HIERÁTICA
De cualquier forma, y pese al papel decisivo que la
contabilidad desempeño en el antiguo Egipto, no puede decirse que la
civilización faraónica haya contribuido a la historia de la contabilidad con
innovaciones o procedimientos que no hubieran sido ya utilizados por los
poderosos comerciantes calderos.
Existen testimonios sobre contabilidad, tanto en
Egipto como en Mesopotamia. Pagani, en su obra I Libri Comerciali [citado por
Gertz, 1996:26], «quien al referirse a la Atenas del siglo V a.C., dice que
había reyes que imponían a los comerciantes la obligación de llevar
determinados libros, con el fin de anotar las operaciones celebradas...».
MESOPOTAMIA:
Los pueblos mesopotámicos utilizaban ya el ábaco
para facilitar la realización de las operaciones aritméticas, que fueron
sumamente laboriosas en todas las épocas, hasta la relativamente reciente
introducción universal de la actual numeración arábiga.
El auge de Babilonia a comienzos del segundo
milenio a. C., es decir en la época de que data el Código de Hammurabi, trajo
consigo un progreso en las anotaciones contables. Aparece entonces una manera
generalizada de realizar las inscripciones, estableciéndose un orden en los
elementos de éstas; título de la cuenta, nombre del interesado, cantidades,
total general.
El código de Hammurabi, promulgado
aproximadamente en el año 1700 a. C., Contenía a la vez que leyes penales,
normas civiles y de comercio. Regulaba contratos como los de préstamo, venta,
arrendamiento, comisión, depósito y otras figuras propias del derecho civil y
mercantil, y entre sus disposiciones había algunas directamente relacionadas
con la manera en que los comerciantes debían llevar sus registros.
CODIGO DE HAMMURABI
Se han conservado miles de tablillas cerámicas que permiten
formarse una imagen acerca de la manera en que los sumerios llevaban las
cuentas. Gracias a esos testigos, inmunes al paso del tiempo, sabemos que ya en
épocas muy antiguas existían sociedades comerciales, y las que las aportaciones
de capital y el reparto de beneficios estaban cuidadosamente estipulados por
escrito.
La propia organización del Estado, así como el
adecuado funcionamiento de los templos, exigían el registro de sus actividades
económicas en cuentas detalladas. Los templos llegaron a ser verdaderas
instituciones bancarias, que realizaban préstamos.
ROMA:
En el siglo I a.C. se desfavorecía a una persona
que fuera incapaz de controlar contablemente su patrimonio. Los grandes
negociantes llegaron a perfeccionar sus libros de contabilidad de tal manera
que algunos historiadores han creído ver en ellos, se conservan sólo algunos
fragmentos incompletos, un primer desarrollo del principio de la partida doble.
No hay ninguna prueba que confirme su empleo con
anterioridad a la expansión comercial italiana de las postrimerías de la Edad
antigua.
Para que exista la Partida Doble no basta con la
disposición de la cuentas en dos columnas enfrentadas, u otros detalles de
forma; Es preciso que el principio que informa la Parte Doble se aplique
inflexiblemente, sin excepciones.
Sin embargo, es donde se encuentran testimonios
especificados e incontrovertibles sobre la práctica contable, desde los
primeros siglos de fundada, todo jefe de familia asentaba diariamente sus
ingresos y gastos en un libro llamado "Adversaria", el cual era una
especie de borrador, ya que mensualmente los transcribía, con sumo cuidado, en
otro libro, el "Codex o Tubulae"; en el cual, a un lado estaban los
ingresos (acceptum), y al otro los gastos (expensum).
GRECIA:
Los templos helénicos, fueron los primeros
lugares de la Grecia clásica en los que resulto preciso desarrollar una técnica
contable. Cada templo importante, en efecto poseía su tesoro, alimentado con
los óbolos de los fieles o de los estados.
CODICES UTILIZADOS EN GRECIA a.C
El lugar en el que los arqueólogos han encontrado más
abundante y minuciosa documentación contable lo constituye el santuario de
Delfos.
Los banqueros llevaban fundamentalmente dos
clases de libros de contabilidad: el Diario (efemérides) y el libro de cuentas
de clientes. El orden y la pulcritud con que se llevaban las anotaciones hizo
que la exactitud de éstas llegara a ser reconocida por la ley, que otorgada a
los libros de contabilidad valor de prueba principal.
La contabilidad pública también se desarrolló en
las ciudades griegas.
Gertz (1996:32), afirma que «El primer gran
Imperio Económico que se conoce fue el de Alejandro Magno (356,323 a.C.),...los
banqueros griegos, fueron famosos en Atenas, ejerciendo su influencia en todo
el Imperio. De ellos se dice: "Llevaban una contabilidad a sus clientes,
la cual debían mostrar cuando se les demandara; su habilidad, y sus
conocimientos técnicos hicieron que con frecuencia se les empleara para
examinar las cuentas de la ciudad « (History of Modern Bank of Isue, Conant).»
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